lunes, 10 de septiembre de 2012

POETA RELOADED

Esto de escribir es adictivo. Empecé a la hora que terminó Magaly TeVe (y el bodrio insufrible del reality de Lucía de Cruz), ya son más de las 11:30 pm y no tengo nadita de ganas de irme a dormir.

Esta tarde desempolvé mis poemas, los releí después de años, no me acordaba que los había dividído en 5 poemarios, 5 etapas de mi vida. Derramé una que otra lágrima de emoción y de pena también, por haberlos abandonado de manera inmisericorde durante largos años. Sí, para ser exactos 6 añazos purgando el sueño de los justos, esperando otra oportunidad para ser valorados por su propia autora. Desde los más simples de la pubertad hasta los más desgarradores e intrincados. 

Empezaré a editarlos, a ver si algún alma noble se conmueve con tanto deseo de escribir, con tanta melosería romántica. Por ahí que me liga el poemario... ¿se imaginan? de pronto los estantes de Crisol y El Virrey se enfundan de mis letras llanas, nacidas del único deseo perenne en mí desde que tengo uso de razón: ESCRIBIR.   



UNA AYUDITA EXTRA

Las palabras de Dios que me estaban haciendo falta... 


QUERIDA ILUSA

Recuerdo con cariño esta carta. Me salió en un momento de desesperanza (uno de los tantos), en el  menos oportuno: días previos a mi examen de grado. La consecuencia fue inesperada, no sé bien si inspiradora o, por el contrario, frustrante. Luego de leerla, increíblemente mi querido padre me dijo lo siguiente: "Hijita, definitivamente te equivocaste de carrera".

Querida ilusa:

En estos días te has preguntado muchas cosas: sobre el futuro, los errores, las carencias (de dinero principalmente), las consecuencias de tus actos y la verdad, no comprendo cómo es que de un momento a otro se te han juntado las situaciones trágicas como si las hubiesen convocado especialmente a tu vida.


Todo empezó cuando te quedaste sin trabajo, así, sin más ni más, sin previa notificación. Viste como en un instante se esfumaron tus esperanzas y sobretodo, tus expectativas económicas. Entonces sentiste que el mundo se te venía encima enterito, que te quedabas sin piso, que te faltaba el aire, etc. etc... Una cosa es que tú tomes la decisión de irte y otra muy distinta que te digan "ya no más, lo sentimos mucho". Oh!!! por Dios... empezaron los problemas. Y si a eso le agregas que tu condición profesional es hasta el momento incierta porque te encuentras en el trance de ser "nadie" y "profesional", puedes empezar a sentirte peor... porque nadie te va a contratar si no tienes un papelito con un montón de sellos al que le suelen llamar "título".


Pero aún falta más... es precisamente en este trance de decaimiento laboral-profesional cuando te das cuenta que tus únicos ahorros fueron a parar a manos de la estilista que, bien buena ella, te cobró la módica suma de 80 dólares por laciarte el cabello permanentemente. Ah!, te olvidabas... como tu vanidad ha ido en incremento últimamente, has pedido a tu proveedor de "Natura" una lista un poco larga de cremas, shampús y el último perfume de canela con vainilla -fragancia inédita- que estaba de oferta en el catálogo. En consecuencia, te has quedado sin trabajo, sin ahorros y endeudada... qué maravilla.


Sin embargo, como siempre hay algo peor (hasta hace poco lo "peor" era seguir viajando en combi), te has peleado con la única persona que podía animarte profesionalmente y quizá, hasta sacarte de esos apuros económicos a los que ya lo tienes acostumbrado: tu padre ¿por qué? porque el señor se ha convencido que eres una rebelde sin causa, indisciplinada (serio agravante), malcriada, dependiente, caprichosa e ilusa, sí... una triste ilusa que no sabe "prever" nada... no como él, el hombre perfecto que siempre está buscando superarse a sí mismo. Mira tú, y pensar que alguna vez fuiste una chica tranquila que no daba problemas, muy aplicada y hasta con un futuro prometedor... que vergüenza.


Y justo cuando pensabas que nada peor podía pasarte, tu alma mater suspende tu tan esperado examen de grado, tu única salida para dejar de ser "nadie".


Vaya, no quisiera estar en tus zapatos, querida ilusa.


Es ahora cuando necesitas pensar y escudriñar cada uno de tus actos y también cada uno de los pasos que vas a dar. Reconoce que te excediste, que no supiste administrar tu dinero, que dejaste pasar un año tontamente para obtener el pasaporte a tu libertad (que en la práctica se llama "título"), que te confiaste de las promesas laborales de charlatanes y por eso ahora reniegas. Reconoce también que hay personas que se preocupan mucho por ti, que han apostado a ganador contigo y que con tus actitudes de adolescente, los has defraudado.


Luego de este examen de conciencia te diré que yo, quien más te conoce y quien más te critica, sé bien como piensas, sientes y actúas. Estoy segura que sabrás sobreponerte y que esta mala racha pasará, porque después de la tormenta siempre viene la calma, porque Dios sabe porqué hace las cosas y sus designios son inimpugnables y, como ha sido costumbre en tu vida, siempre para algo bueno.


Pronto encontrarás un mejor trabajo, ganarás más dinero del que imaginabas ganar, honrarás tus deudas, jurarás ante Dios -con la mano derecha bien en alto- ser una profesional digna y buena (felizmente que el juramento no exige amar la carrera) y, con suerte, también te reconciliarás con tu papá para que el día de tu colegiatura sea él quien te ponga la medalla en el pecho.


Y ya no reniegues por las combis, pronto también podrás comprarte un auto.



Con cariño:

Tu conciencia. 

(PUBLICADA POR PRIMERA VEZ EL 14.05.2009)

POR QUÉ EL MOVIMIENTO...


El viajero está en una fiesta de San Juan, con tenderetes, tiro al blanco, comida casera. De repente un payaso comienza a imitar todos sus gestos. La gente se ríe, y él también se divierte. Al final lo invita a tomar un café.

“-Comprométete con la vida -dice el payaso-. Si estás vivo tienes que sacudir los brazos, saltar, hacer ruido y hablar con la gente, porque la vida es exactamente lo opuesto a la muerte. Morir es quedarse siempre en la misma posición. Si estás muy quieto, no vives."

(MAKTUB - PAULO COELHO)

LA PRIMERA ENTRADA



(PUBLICADO POR PRIMERA VEZ UN 30/04/2009)

MIS LETRAS

Es bueno empezar así, con algo propio.

Siempre quise escribir, no sé exactamente sobre qué, sólo quería escribir. Empecé como el gran común denominador de la gente: mediante sencillos poemas, frases cortas, versos incólumes. Tampoco recuerdo cuándo, sólo empecé, me encantó y decidí -casi en el mismo acto- que quería dedicarme a escribir por el resto de mi vida. Lástima que las cosas no son precisamente como una las desea... bueno, "lástima" puede ser una palabra mal empleada en este caso. Diré mejor "por algo las cosas no son como uno las desea", suena menos mezquino.

Sucede que tenía doce años cuando me atreví a esbozar mis primeros versos. Lo transcribo con un poco de roche:

EL ESCRITOR

Una hoja de papel rayado esperando,
un lápiz impaciente por pintar,
una mano que quisiera graficar,
un sentimiento sometido se quiere expresar.
Las ideas van y vienen muy resueltas,
vienen y van sin descansar,
sólo aguardan por la orden
que las vaya a organizar.
Un suspiro y... ¡listo! Comenzó la producción.
Hay esmero, concordancia, mucha compenetración
entre la mano que escribe y el gran pensador.
Juega con los muchos sustantivos;
adjetivos, los mejores se buscó,
unas cuantas figuras que embellecen,
las palabras en todo su esplendor.
Ya casi al terminar, otro suspiro deja oírse,
la satisfacción brota a montones
del alma y de la pluma del genio creador.
Lo mira, lo lee, lo guarda y sonríe,
es su obra, su orgullo, su mayor ilusión;
en una caja forradita habita su corazón.

Muy "sweet", lo sé. No me condenen, sólo tenía doce añitos!!! Es un gran esfuerzo de mi parte mostrarlo por primera vez, me siento desnuda, os juro...

Pasaron los años y al llegar a los 15 me tocó el turno de fabricar poemas, sí... fabricarlos. Hasta ese entonces no tuve ningún inconveniente con la inspiración, escribía de todo o de nada, del día a día, de las historias que me contaban las amigas. Pero me encontré con un chico que tenía el mismo entusiasmo que yo, las mismas ganas de escribir, la misma nobleza en el alma. Y se enamoró de mí... pero yo no de él. Me retaba con sus poemas de ensueño, sus palabras rebuscaditas, sus rimas perfectas, su romanticismo de otra época... tenía talento indudablemente. Supongo que quería enamorarme sin embargo, lo único que logró fue despertar mi insufrible afán por la competencia, característica innata de mi vida. No me enamoró pero logró conmoverme y mucho. Empezamos un ping pong de cartas con poemita incluido. Fue entonces cuando la inspiración se desactivó de mí como ofendida y pasé directamente a la difícil tarea de "confeccionar" un poema "que suene lindo y sea interesante". Por supuesto y como era de esperarse, fracasé. El torneo lo ganó él, lo reconozco, me sentía pequeña literariamente.

No se puede "fabricar" poemas, por lo menos yo no pude. En mí actúa aquello tan esquivo que se llama INSPIRACIÓN, siempre lo supe. Si está presente, existes. Si se marcha, es como si se marchara tu propia alma. Puede ser que muchos no estén de acuerdo conmigo, dirán que el poeta es un profesional como todos y se debe a su creatividad... yo no lo siento así, más bien siento que me debo a la inspiración, lo comprobé un tiempo después cuando me enamoré hasta la inconciencia (no del chico de los poemas lindos por supuesto); los poemas "me salían" como cancha y sin mucho esfuerzo, pero esa es otra historia que en algún momento tendré el placer de contar.

Termino estas primeras líneas públicas extasiada de saber que por fin perdí el miedo y pude empezar... de nuevo.


domingo, 9 de septiembre de 2012

MIS LETRAS... OTRA VEZ

Más confusión cuando todo se traba, cuando los males parecen no sanar, no cesar.
Una vez más la vida se pinta de a cuadritos, se vuelve tenue y difusa,
y termino inmersa en un sinfín de preguntas sin respuestas.

Hoy parece ser el corolario del divagar, del no saber a donde ir como tantas otras veces...

Se dice que sucede cuando estás adportas de cumplir un año más, "se dice". Esta vez me tocó con harta prelación, con alevosía y ventaja. Es normal en mí, no debería sorprenderme tanta humareda, no debería hundirme en las aguas bravas de mi inconsistencia, de mi estupidez... no debería arrastrar a los demás. Quizá lo último sea lo único que he logrado a estas alturas: si me caigo, que sea solita y lejos de las miradas inquisidoras de las personas que amo.

Mis caídas internas son un devaneo constante, un remolino de dudas y pesares las promueven.
Mis lamentos se oyen en el eco de un suspiro silente, mordaz.
Mis lágrimas se aguantan para no manchar mi rostro... pero manchan mi alma.

Otra vez sin saber a dónde girar.

Alguna vez dije que las cosas malas hay que disfrutarlas, que sirven al menos para valorar las buenas; hoy no estoy muy convencida porque siento la yaga que produce mi inestabilidad.

Esta vez sí siento que me pierdo en mí misma y en mis avatares de miedo. Lo único que tiene sentido es que vuelvo a mis letras para encontrar frugal consuelo.